Cuántas veces nos sorprendemos de las actitudes que puede desarrollar un niño cuando hace lo qué quiere, en el momento qué quiere y con quién quiere. En resumen, podemos observar un niño caprichoso, impertinente, con baja tolerancia a la frustración y que se aprovecha de todos los que le rodean. Un niño con esas actitudes es un poco difícil de manejar por sus padres, porque cuando él no hace lo que desea empieza la batalla, muchas veces manipula a sus padres porque consigue lo que quiere con un simple llanto, mostrarse enojado o agresivo; cuidado padres estos son signos de alerta, debemos atenderlos para evitar problemas de relación en la adolescencia o lo más difícil, problemas con la ley.
Y aunque no lo creamos, así es como se inicia, una cadena larga de dificultades que pudimos prevenir, estableciendo los famosos LÍMITES o REGLAS DE CASA, estas son reglas sencillas y concretas que cada familia establece para la sana convivencia. Son muy particulares de cada hogar porque se delimitan de acuerdo al código de valores, los hábitos y el estilo de vida pero al final le servirán al niño para modelar su conducta. No importa qué límite usted como padre implemente, lo importante es que tome en cuenta lo siguiente:
- Ser objetivo
Indique de manera clara lo que espera de su hijo, por ejemplo , Usted le puede decir «pórtate bien», pero esto puede no ser tan claro para él. Mejor indicarle «cuando estemos en la iglesia, habla bajito»..De opciones:
Dele la oportunidad de que pueda escoger entre opciones que le presente, esto le dará confianza y tomará una decisión. Por ejemplo » Te escojo tu ropa o la escoges tú».
- Ser firme
Esto no quiere decir gritar o regañar, simplemente es ser consistente en la reglas, por ejemplo la hora de dormir si es a las 20 horas, eso no será negociable y se debe cumplir así todos los días.
- Acentua lo positivo
Cuando implemente una regla haga énfasis en la actitudes positivas y no en lo negativo, por ejemplo «no grites», mejor indica “ debes hablar bajito en la iglesia.”
- Explique el por qué
Es más fácil seguir una regla cuando se comprende el por qué, eso hace que el niño desarrolle criterio, seguridad y confianza. Por ejemplo: si muerdes a alguien, lo lastimas. No utilices la frase: porque soy tu madre, no se pierda en explicaciones complicadas,la instrucción debe ser sencilla y concreta.
- Desaprueba la conducta, no al niño
Cuando reprendamos al niño , enfoquemos nuestra atención en el hecho, la actitud mostrada y no en el niño; no le haga sentir culpable, nunca le diga : Niño malo, niño feo.
- Controla tus emociones
Cuando estés molesto, no reprendas, la ira nos puede hacer decir cosas hirientes; mejor contemos hasta 10, respiremos profundo y dirijamos nuestras palabras con cuidado.
Un niño que conoce sus límites será respetuoso, obediente y diligente con sus padres, amigos , maestros y toda persona con la que tenga relación porque sabrá lo que puede y no puede hacer.