Muchas veces me han preguntado si practicar yoga ayuda a adelgazar y mi respuesta es totalmente positiva, aunque sus beneficios van mucho más allá que simplemente adelgazar. El tonificar y reducir el exceso de grasa también son frutos de la práctica, sin embargo todo esto lleva un proceso independiente e individual, el cual depende de algunos factores que menciono más adelante.
Para mí sigue siendo un proceso en evolución, después de 7 años practicando yoga puedo afirmar que mi cuerpo sigue en un constante cambio, buscando siempre más opciones saludables, pero sin limitarme a disfrutar de algunos antojos durante los fines de semana, intentando mantener un balance sin ir hacia los extremos.
Si uno de tus objetivos al iniciar en Yoga es bajar de peso, debes tomar en cuenta lo siguiente:
1. El estilo de yoga que se practica:
Primero, debes conocer el estilo de yoga que vas a practicar, ya que si inicias con un “Hatha yoga” lo más probable es que en este estilo encuentres una práctica mucho más pasiva que un “Vinyasa Yoga, Rocket, Power Vinyasa, Brikam o Ashtanga”, estilos en donde los movimientos son más rápidos que un Hatha, con una fluidez más dinámica y un aumento del ritmo cardiaco.
2. La frecuencia de clases durante la semana:
Hacer yoga una vez a la semana no dará muchos resultados ni cambios significativos en tu cuerpo. Lo ideal es iniciar con un mínimo de dos veces por semana y mucho mejor si haces tres o más, ya que esto te ayudará crear más resistencia y a poder sentir los beneficios de la práctica de una manera más óptima.
3. La alimentación:
Yoga es un proceso de cambio que va desde lo interno hacia lo externo, por lo que poco a poco irás sintiendo que tomas más conciencia de lo que comes. Cuando tu cuerpo empiece a notar estas transformaciones, te pedirá otro tipo de alimentos, encontrando bienestar en comida que nutra tu cuerpo en vez de destruirlo.
Por otra parte, practicar yoga ayuda a disminuir los niveles de ansiedad y estrés, dos variables que influyen directamente en la alimentación.
Muchos ven la práctica de yoga como una actividad únicamente de relajación, la cual por una parte sí lo es, más no se debe obviar que también es una activación del cuerpo que consumirá energía, ya que cuando practicas las asanas (posturas de yoga) se da una retracción y un alargamiento de los músculos y esto aumenta el flujo sanguíneo e incrementa el ritmo cardiaco. Al aumentar el ritmo cardiaco podemos afirmar que yoga es una modalidad de fitness cardiorrespiratorio suave, en cierto modo, ya que las pulsaciones muy rara vez llegan hasta 100.
Recuerda siempre que Yoga es un ejercicio individual, a pesar de ser practicado en estudios con más personas, cada quien lleva un camino diferente, con fortalezas y debilidades personales, experiencias de vida únicas y cuerpos variados. Yoga es un reto con uno mismo y con nadie más. Disfruta de tu propio proceso y verás poco a poco como tu cuerpo y tu ser comienzan a cambiar.