La sal, es un compuesto cristalino que se usa para sazonar y preservar los alimentos, que a menudo se usa como sinónimo de “sodio”. Incluso, la sal aparece como “sodio” en la etiqueta de información nutricional. Nuestro cuerpo requiere de una pequeña cantidad para ayudar a que nuestro organismo funcione adecuadamente. Este se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos.
El problema de la sal o sodio, es consumirlo en altas cantidades. La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda consumir menos de 5 gramos al día (una cucharadita). Te invitamos a identificar los alimentos donde puede estar presente:
- Alimentos empacados, aún cuando no saben salados. Hoy en día, muchas empresas están reformulando sus productos con el fin de reducir el contenido de sal. Leer las etiquetas nutricionales te ayudará a asegurarte de seleccionar productos con bajo contenido de sodio.
- Alimentos elaborados en casa por la adición de saborizantes o condimentos (sal de ajo, consomé, salsa soya, etc.)
Para reducir tu consumo de sal, puedes implementar las siguientes medidas:
- Lee las etiquetas nutricionales, seleccionando los alimentos que tengan 5% o menos del porcentaje del valor diario (%VD), porque éstos son bajos en sodio. Así mismo evita los alimentos que aporten por porción 20% o más de sodio, porque esto ya es una cantidad excesiva.
- Consume de preferencia frutas y vegetales frescos. Si compras enlatados, escúrralos antes con agua.
- Educa a tus familiares y crea un entorno para que tus hijos adopten una dieta baja en sodio.
- Cuando cocines, reduce gradualmente la sal. Esto te permitirá adaptar tu gusto poco a poco.
- Sustituye saborizantes por especias naturales (tomillo, laurel, albahaca, etc).
- Elimina de la mesa el salero y cualquier otro condimento con sal, para no desarrollar el hábito de agregarlos a la comida.
Si quieres ayuda para formar tu propio plan para reducir la sal, puedes consultar totalmente gratis a Tu Nutricionista Ideal en Línea.