¿Qué es la resiliencia y cómo puedo aplicarla?
En esta época que ha sido bastante difícil en la vida emocional y física, nos ha correspondido vivir una crisis que nos ha afectado de varias formas, porque empieza siendo de salud al ser un virus tan potente el que se ha propagado por el mundo, enfermando y cobrando la vida de tantas personas.
Algo que solo se había visto y vivido en las anteriores pandemias, pero también ha afectado la parte emocional al tener que resguardarnos todos en casa, aislados de nuestros familiares más cercanos, de nuestros amigos, de nuestros compañeros de trabajo, al ausentarnos de nuestras actividades cotidianas. A todos, en algún momento se nos ha cruzado por la mente la incertidumbre de ser contagiados, por mucho cuidado que tengamos y que extrememos las medidas y protocolos de seguridad. Esta constante tensión viene a afectar nuestra salud mental, nuestra estabilidad emocional y confianza en lo que hacemos o donde vivimos.
Por lo que considero importante abordar el valor de la resiliencia el cual nos hace capaces de enfrentar y luchar contra cualquier adversidad.
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona individual y en sociedad de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.
La psicología positiva considera a los problemas como desafíos, que son enfrentados y superados por las personas gracias a la resiliencia. Existen distintas circunstancias que favorecen o no el desarrollo de la resiliencia en cada persona, como la educación, las relaciones familiares y el contexto social. Los especialistas afirman que la resiliencia está vinculada a la autoestima, por lo que es importante trabajar con los niños desde pequeños para que puedan desarrollar sanamente esta capacidad.
Según Michel Manciaux, conocedor de la materia, existen personas que al enfrentarse a un trauma permiten que éstas los superen, pero hay otras que no lo permiten y que consiguen continuar con su vida sin problemas. Incluso, dice, muchas llevan esta actitud a un nivel superior y transforman ese trauma en algo positivo; es decir que ese problema los ayuda a desarrollar recursos para sobrevivir los cuales desconocía poseer.
Educar en la resiliencia
Se sabe que un niño con buena autoestima se transformará en un adulto con buena capacidad de resiliencia, por lo que estará preparado para superar los obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.
Es importante que a los niños se les guíe durante su primera etapa de vida de forma eficiente, a fin de que desarrollen una forma constructiva de enfrentarse a la vida; que se les motive positivamente para que puedan enfrentarse a las diversas situaciones que pudieran anteponerse en su camino y consigan sobrellevarlas sin sufrir un daño profundo.
Todos los padres deberían ser conscientes que la felicidad de sus hijos no será algo provocado por la casualidad o la buena suerte; nada más lejos de la realidad. Una de las mayores responsabilidades de los padres es poner a disposición de sus hijos una serie de herramientas positivas que ayuden a la formación de un nivel alto de resiliencia frente a los problemas; para ello es ideal brindarles comprensión, optimismo, buen humor, afecto y ayudarlos a aceptarse y confiar en ellos mismos. Por el contrario, aquellos niños que son maltratados, humillados o incomprendidos son menos propensos a conseguir enfrentarse sanamente a los conflictos.
En épocas de crisis como la que ahora vivimos, la resiliencia es una capacidad que puede ayudar a las personas a afrontar de manera firme y anclada a la realidad los cambios que se avecinan. La psicóloga Rocío Rivero, autora del libro ‘El sentido de la vida es una vida con sentido. La resiliencia’, nos habla de ella y ofrece una serie de pautas para desarrollarla en plena crisis sanitaria por el coronavirus.
La vida nos enseña que nada es para siempre, que nuestros sueños no siempre se cumplen y que no podemos aferrarnos al pasado ni vivir suspirando por el futuro. Cuando alguien nos traiciona, cuando la salud falla, cuando no podemos controlar una determinada situación o las acciones de los demás, solo nos queda aceptar la realidad. Pero la realidad es difícil de definir porque cada uno de nosotros tiene su propio camino: su pasado, su presente y su futuro. La vida de cada persona es diferente, por lo que nuestra visión o percepción de la realidad también lo es.
Cómo vivir los nuevos tiempos con resiliencia
Cuando nos encontramos ante una situación crítica como la que estamos viviendo con la pandemia del COVID19, el primer mecanismo que se activa en nosotros es el afrontamiento, es decir, la capacidad que tenemos para asumir en el momento una situación que puede ser destructiva.
Si bien el afrontamiento nos prepara para recibir el impacto inicial, la resiliencia nos equipa para sobreponernos al evento crítico y transforma la situación en una fortaleza para el futuro. Por lo tanto, ser resilientes nos va a ayudar a evitar determinados problemas psicológicos que se pueden derivar de una situación adversa. De este modo, la resiliencia requiere un esfuerzo cognitivo y una actitud determinada.
Ser resiliente no significa no sentir dolor, malestar o no encontrar dificultades ante las adversidades; la resiliencia parte de un punto de vista realista, de la confianza que el golpe recibido no nos desestabiliza si hacemos frente a él, lo asumimos y lo utilizamos para mejorar nuestra vida. No podemos vivir convencidos que no existen problemas porque eso nos aleja de la realidad y provoca que ésta nos golpee con más fuerza cuando decidamos volver a acercarnos a ella.
Existe un vínculo entre la resiliencia y saber vivir el momento presente con la creatividad, con la inteligencia emocional y con la felicidad, por lo tanto si potenciamos todas estas habilidades estaremos enfrentándonos a la resiliencia.
Aunque es cierto que unas personas son más resilientes que otras, la resiliencia no es algo que unos tengan y otros no. Así que vamos a dar unas pautas que nos van a ayudar a mantener nuestro estado de resiliencia:
- Permítete tener emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas
- Soluciona los problemas y libera tu mente
- Acepta el cambio como parte de la vida
- Establece metas realistas
- Piensa de manera práctica y constructiva
- Mantén una actitud optimista
- Cuida las relaciones con los demás
- Haz deporte
- Nutre tu autoestima
- Aprende a crecer con los problemas