La obesidad es un desafío de salud pública a nivel global el presente artículo menciona las causas y los factores de riesgo asociados a la obesidad, desde los factores genéticos hasta los determinantes ambientales y el estilo de vida. Al comprender estos factores, podemos abordar mejor la prevención y el manejo de la obesidad en la población.
La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal; la obesidad es un problema médico que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y problemas de salud, como la diabetes, presión arterial alta y diferentes tipos de cáncer.
Existen varias razones por las que algunas personas tienen la dificultad para perder peso, por lo general, la obesidad es el resultado de factores hereditarios, fisiológicos y del entorno combinados con la dieta, la actividad física y la inactividad.
Aunque existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal, la obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías de las que nuestro organismo quema con las actividades diarias normales y el ejercicio. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa.
La obesidad puede ser el resultado de causas y factores contribuyentes como:
Herencia y factores genéticos: la genética juega un papel importante en la eficiencia con que el organismo convierte los alimentos en energía, la forma en que el cuerpo regula el apetito y la forma en que se queman las calorías durante el ejercicio.
Dieta no saludable: consumir una dieta alta en calorías como la comida rápida, bebidas altas en calorías y poco consumo de frutas y verduras contribuyen al aumento de peso.
Inactividad: la cantidad de horas que pasas en reposo está altamente asociada con el aumento de peso.
Edad: a medida que envejecemos los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo aumenta el riesgo de padecer obesidad, así como la disminución de masa muscular y el metabolismo se vuelve más lento.
La obesidad es un problema complejo influenciado por factores genéticos, ambientales, de estilo de vida y socioeconómicos. Abordar esta epidemia requiere enfoques multidisciplinarios que incluyan políticas de salud pública, educación nutricional y promoción de la actividad física.